Durante generaciones, los miembros de la familia Sáenz de Samaniego nos hemos dedicado a la viticultura. De hecho, hay evidencias de nuestra relación con los viñedos desde el siglo XVI, cuando nuestros antepasados utilizaron una bodega ubicada en el barrio de Matarredo, con calados subterráneos excavados en la roca.
A inicios de los 70 fueron nuestros padres, Doroteo y María Asunción, quienes decidieron comercializar sus propios vinos combinando un fuerte compromiso con el trabajo, su visión de futuro y perseverancia. Para ello, construyeron una nueva bodega, “Ostatu” en el camino entre Laguardia y Vitoria.
Nuestra filosofía de trabajo basada en el respeto a la tierra nos proporciona una forma de entender el vino, y la vida, centrada en la búsqueda de la excelencia a través del equilibro entre el ayer y el hoy, sin estar pendiente de modas. Una filosofía trasladable no sólo a nuestro estilo de trabajo, o a la bodega, sino que está presente en cada uno de nuestros vinos. Éstos son fiel reflejo de los viñedos, de la influencia que ejerce el microclima de Rioja Alavesa y de los suelos en los que se asientan.
El cuidar y formar parte del paisaje, incidiendo en su visión ecológica, y la sostenibilidad, son premisas de hoy y del mañana, las que hacen de Ostatu una bodega con nombre y apellidos. Una apuesta continua por la calidad, trabajando con innovación en nuestra viticultura, elaboración y gestión.